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Invierno según la Medicina Tradicional China

Invierno en la Medicina Tradicional China
El invierno y la Medicina Tradicional China nos hacen ver que es momento de cambiar hábitos y hacer un viaje introspectivo hacia nosotros mismos. Es tiempo de recogimiento.

invierno medicina tradicional china

Es la estación más fría del año,  donde todo tiende a recogerse hacia el interior. Algunos animales hibernan y algunas personas se refugian al completo en sí mismas. Se siente en la naturaleza cómo predomina la energía Yin, mientras el Yang se difumina junto con nuestra vitalidad interna. Parece algo obvio que en invierno debemos abrigarnos más. Pero realmente no todo el mundo es consciente de los nuevos hábitos que debemos tener en esta época del año. Sobretodo para que no nos repercuta en la próxima estación, donde todo cambia.

Según la teoría del Yin Yang, todo lo que ocurre en la naturaleza, también acontece en nuestro interior. 

CÓMO VIVIR EL INVIERNO


El fenómeno invernal tiene la capacidad de reorganización e influye en toda la naturaleza al completo: desde los árboles, hasta los insectos, sin olvidar a nuestro propio cuerpo que experimenta una ralentización en el organismo. Todo va más despacio. Por ello debemos adaptarnos de la mejor forma posible para vivir en concordancia.

Es aconsejable cambiar y adaptar los hábitos a esta época donde debemos recibir una mayor nutrición que en otras estaciones, evitar el frío y buscar fuentes de calor (en todos los sentidos, incluso de forma personal) el otoño ya nos ha ido preparando para esta fría estación.

HÁBITOS RECOMENDADOS PARA INVIERNO


Acostarse temprano.
Durmiendo pronto favorecemos la energía Yang, poco presente en esta época.

Evitar el frío. Algo bastante obvio pero que no todo el mundo practica. Hay que vestirse adecuadamente para mantener nuestro calor interno y estar cerca de fuentes de calor para lograr prevenir ataques del frío que pueden llegar a bloquear la energía Yang. Debemos preservarla en esta época, lo mejor posible.

Tiempo de interiorizar. Es momento de estabilizar todas nuestras emociones y prestar más atención al cultivo de nuestro espíritu. En la Medicina Tradicional China, el invierno corresponde al elemento Agua (Riñón/Vejiga). La energía del riñón ayuda a controlar el almacenamiento de la esencia de vida. Está asociado con el miedo y el temor cuando no circula correctamente bien energéticamente hablando. Pero cuando no existen bloqueos, su energía es la de la voluntad.

Tiempo de nutrirnos. Tanto en espíritu como en cuerpo físico, es época de nutrición. El invierno es la época del año donde mejor se aprovechan los nutrientes.

La energía de los riñones, gobernantes del invierno, almacenadores de la esencia y gobernantes de todo lo que está retirado y dormido y todo lo que es acumulado.

CONSEJOS SEGÚN LA MEDICINA TRADICIONAL CHINA


Empezar la jornada tomando un vaso de agua tibia o caliente, añadiendo zumo de limón natural. Ecológico de preferencia.

Este gesto diario ayudará a calentar y a depurar el organismo mientras nos aporta las vitaminas y antoxidantes que nos ofrece el limón para reforzar el sistema inmunitario.

También recomiendan evitar tomar demasiados alimentos de carácter frío, muy graso, demasiados lácteos y alcohol. Estos alimentos, según la Medicina Tradicional China, favorecen el estado de humedad, el cual es propicio para que se formen más mucosidades.

Es momento de añadir en la dieta hortalizas y verduras de carácter “picante” como la col, el nabo, el jengibre, la pimienta, cebolla y ajo.

Las infusiones de Astrágalo (Astragalus membranaceus), también son una buena opción para esta época del año ya que esta planta tiene propiedades antibacterianas, expectorantes y antivirales. Su uso tradicional es para ayudar a aumentar el sistema inmunitario.

En invierno, preferentemente haremos las cocciones largas de nuestras comidas. Platos calientes, sopas y guisos deben ser habituales. Recuerda que el elemento relacionado con esta estación es el agua, que representa lo profundo. No olvides tener en tu mesa alimentos de color oscuro, de naturaleza salada y caliente.

[…] “cuando uno es sosegado, alegre y desprendido la energía genuina le acompañará; cuando uno concentra su esencia vital y su espíritu en su interior y se mantiene vigilante, la enfermedad no puede alcanzarle.”

– Huang Di Nei Jing Su Wen

EL INVIERNO Y LAS EMOCIONES


El miedo está presente en nuestra vida por una razón fundamental: la superviviencia. Pero si, de forma habitual, sentimos miedos o temor, esto puede llegar a repercutir en la energía del riñón. Por ello es momento de cuidar estas emociones y trabajar en ellas. Debemos hacer lo necesario para mantener una mente tranquila y sosegada para así poder proteger nuestra energía interna.

La emoción vinculada a esta estación es la del miedo. Un exceso de temor puede hacer que no conectemos con nuestros deseos o anhelos más profundos, o con nuestras necesidades personales, disminuyendo así la voluntad, vitalidad y energía interior.

El miedo, la gran mayoría de las veces, proviene de nuestra imaginación. Nuestra mente posee la capacidad de adelantarse a las situaciones y nos puede llegar a frenar para proteger la vida o, simplemente, evitar una experiencia negativa.

Alimentar el miedo no traerá beneficios para nuestra salud física ni para nuestra salud mental. Por ello es importante vivir en el “aquí y ahora” para no fomentar estas situaciones de alarma que realmente nos están bloqueando.

Si nuestra vida no está en peligro, no dejemos que el miedo imaginario domine la situación.

EJERCICIO FÍSICO EN INVIERNO


Necesitamos realizar actividades reguladoras de las principales funciones de nuestro cuerpo, pero que no lleguen a desgastar la energía excesivamente.

Por ejemplo el Tai Chi, Yoga, Qi-Gong o Chi-kung, además de caminatas con un abrigo adaptado al clima, nos ayudan a mantener una circulación óptima de la sangre y le la energía (Qi) en nuestro cuerpo.

La meditación es fundamental para centrarnos y conectarnos con la introspección del invierno.

Meditación

En invierno podemos llegar a sentir la necesidad de recoger, abrigar y mantener cada aspecto, por pequeño que sea, que nos ayude a mantener nuestra energía más vital. Sentimos la necesidad de refugio y de introspección porque tenemos la capacidad de aceptar y vivir los cambios de estación como mayor reconocimiento de nuestro cuerpo. Formamos parte de la naturaleza, y como tal, también vivimos los cambios de esta.

Sigamos inmersos en ello, sin sentirnos ajenos a todo. 

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